BLOG

ASÍ CAMBIÓ NIRMAL PURJA EL CURSO DEL MONTAÑISMO

En 2012 Nirmal Purja escaló una montaña por primera vez. El nepalí, 8 años después, coronó los 14 picos de más de 8.000 metros que hay en el planeta en solo seis meses.

En 2017 los gurkas realizaron una expedición al Everest. Para la brigada de élite de soldados nepalíes la peregrinación tenía un profundo significado pues se cumplían 200 años de su alianza con la Corona Británica. Se trataba del segundo intento, después de que en 2015 una avalancha hubiese impedido alcanzar el éxito. La aventura de 2017 también estaba en peligro porque el mal tiempo no había permitido fijar una ruta con cuerdas hasta la cima.
“Por el mero hecho de ser gurka todo el mundo piensa que eres más valiente que nadie y que el Everest es como el jardín de tu casa. Nuestra reputación estaba en juego. Además, ¿íbamos a tener otra oportunidad más de hacer la ascensión utilizando el dinero de los impuestos que pagaban los británicos? Así que tomé la decisión de liderar el equipo que tenía que trazar la ruta”, dice Nirmal ‘Nims’ Purja, que en aquella época tenía 35 años y era miembro de la unidad de escalada gurka.
El plan de Nirmal fue recibido con incredulidad. “Nadie me conocía pero lideré una expedición de 13 miembros hasta la cumbre. Fuimos el primer equipo en llegar en aquel año desde el lado sur. Luego regresamos a Katmandú y lo celebramos durante una semana”, recuerda Nirmal Purja.
“Luego volví a subir al Everest, Lhotse y Makalu (la cuarta y quinta montaña más altas del mundo). Lo hice en cinco días, con dos días de fiesta por el medio”.


Récord

En la actualidad todo el mundo sabe quién es Nirmal Purja, pues en 2019 coronó los 14 ‘ochomiles’ (las montañas que tienen más de 8.000 metros de altura) de la manera más rápida que pudo. Hasta ese momento el récord estaba en siete años, 10 meses y seis días. El objetivo del nepalí era completarlo en siete meses pero en realidad lo logró en seis meses y seis días. Una gesta que lo hizo mundialmente famoso, aunque también le ganó la crítica de los puristas por el empleo de oxígeno suplementario.
“Solo hago eso a partir del Campo 4, el último… La gente decía que usaba helicópteros para llegar al campo base pero escalé todas las montañas de Pakistán sin ningún helicóptero, corriendo durante 23 días de campo base en campo base. Así hice los cinco ‘ochomiles’. No tengo ningún problema con las críticas. Si alguien bate mi récord yo seré el primero en darle la mano. Hablar siempre es fácil”, responde.

“Por favor, escribe que Nims dijo eso con una sonrisa, ¿de acuerdo?”.



El mito de Nims

Las palabras de Purja pueden parecer desafiantes pero en persona proyecta otra imagen. Está sentado en la habitación de un hotel que hay en la base del Mont Blanc y no para de sonreír. Es musculoso pero pequeño (170 cm) y ya no lleva el bigote que tenía en 2019 durante el ‘Bremont Project Possible’. “Tengo 38 años pero la verdad es que no sé qué edad tengo. Nunca celebro mi cumpleaños porque la edad es un estado mental. Te vas haciendo viejo y eso se convierte en una excusa”, añade.
Nims Purja rompe algunos estereotipos, por ejemplo, el que dice que tenía ventaja por haber crecido a gran altura: “Me crie en Chitwan, que es la zona más baja y cálida de Nepal, está casi al nivel del mar. Nuestra familia era muy pobre y vivíamos en una casa pequeña. Yo ni siquiera tenía chanclas. Todo cambió cuando mis hermanos se hicieron gurkas”.
“En la escuela estaba entre los cinco mejores, podía haber sido el mejor pero acababa los exámenes de dos horas en una hora para ser el primero en salir. No quería ser doctor o ingeniero, así que tenía dos opciones, ser el Robín Hood de Nepal para luchar por los pobres o convertirme en gurka”, recuerda.
El montañero Nirmal 'Nims' Purja durante su graduación como militar en 2002.
Nims Purja durante su graduación en 2002
“Mi padre y mis hermanos fueron gurkas. Esto es algo que se respeta en la comunidad nepalí”.
Nims Purja
“Fue difícil que me admitieran pues se presentaron 32.000 jóvenes nepalíes y solo entraban 320. Empecé a entrenar con 15 años y para ello me levantaba a las 03:00 de la mañana. Pasé la selección al segundo intento”, dice Purja.

La vida en el ejército

En 2002 pasó a formar parte, como gurka, de la infantería del Reino Unido. “Lo que puedo decir es que me han pegado un tiro y he estado en algunas de las operaciones más complicadas por todo el mundo. Yo tenía lo que otros no tenían. Podía escalar un pico de 8.000 metros en dos semanas. Cada vez que tenía tiempo libre me gastaba mis ahorros en escalar”.
“Se suponía que me iban a llevar en helicóptero a una misión de las fuerzas especiales pero el helicóptero no pudo venir debido al mal tiempo. Así que corrí desde el campo base, durante seis días hasta la llegada de la noche. Entonces me di cuenta de que tenía algo especial”, confiesa.
El montañero Nirmal 'Nims' Purja escala el Annapurna en abril de 2019.
Nims Purja en el Annapurna

“Mi tiempo de recuperación es muy rápido, depende de tu estado mental. Amo lo que hago, me divierto tanto que no me canso. ¿Un pico de 8.000 metros? Ahí es donde me siento a gusto”.

Comienzo en el montañismo

Hasta los 29 años ni siquiera había usado nunca unos crampones. Su primer ascenso fue el Lobuche (6.119 metros) en Nepal en 2012. Dos años después escaló un “ochomil”, el Dhaulagiri, así descubrió su capacidad natural para resistir la altitud. “Lo subí en 14 días, sin aclimatarme, y lideré durante el 70 por ciento de la ruta”, añade. Purja, sin embargo, no es inmune a los efectos de la ‘zona de la muerte’ (que es como se conoce al territorio que está por encima de los 8.000 metros), algo que descubrió por las bravas en su primer ascenso en 2016 al Everest.
El montañero Nirmal 'Nims' Purja fotografiado para The Red Bulletin.
Purja quiere demostrar que es posible

“Creo que hay una delgada línea entre ser valiente o estúpido, vivir o perder la vida. Quiero vivir el momento durante mucho tiempo”.

Nims Purja
“La gente se aclimataba en el campo base durante seis semanas y yo lo hice en cinco días. Entonces sufrí un edema pulmonar (fluido en los pulmones). Es como si te estuvieses ahogando en el agua. Estaba avergonzado porque sabía que podía ocurrir, pero por otra parte así aprendes a conocer tus límites”, recuerda.
“Muchos pueden pensar que soy un imprudente. En las fuerzas especiales era conocido por arriesgarme pero hay muchos tipos de riesgo. Yo no podría hacer un salto BASE. Creo que hay una delgada línea entre ser valiente o estúpido, vivir o perder la vida. Quiero vivir el momento durante mucho tiempo”.
El montañero Nirmal 'Nims' Purja cerca del Mont Blanc con su equipo de speed-flying.
Purja en el Mont Blanc

Infancia

Cuando tenía 13 años Nims Purja decidió cruzar a nado el río más grande de Nepal: “No era muy buen nadador pero estaba dispuesto a llegar a la otra orilla. Luego me di cuenta que tenía que regresar al punto de partida por lo que debía cruzar el río otra vez. Estaba muy cansado y llegó un momento en el que me rendí. En ese instante me di cuenta de que hacía pie, pensé: ‘Gracias a Dios’”. Purja sabe que quizá a veces va demasiado lejos.
En 2018 lo nombraron jefe de misiones en condiciones de frío extremo de las fuerzas especiales. “Enseñaba a mis compañeros nuevas técnicas de escalada. Le pedí a mis jefes 80 días para escalar las cinco montañas más altas del mundo pero me dijeron que no, que era muy arriesgado. Ahí fue cuando decidí dejar ese trabajo”, explica.
“Yo era el que mantenía a mi familia. Cada mes enviaba dinero a mis padres. Mi padre estaba medio paralizado y mi madre vivía en una habitación en Katmandú cerca de donde mi padre recibía atención médica. Para mí dejar el trabajo era una locura. Mi hermano me llamó y me dijo: ‘eres el primer gurka que está en operaciones especiales. Pronto podrás jubilarte, ¿por qué vas a echar todo eso por tierra?’. Estaba furioso y dejó de hablarme durante dos meses”.

Lograr lo imposible

Además, su plan, el Bremont Project Possible estaba herido de muerte: “Un amigo, que llevaba la parte presupuestaria, me dijo: ‘Lo siento, lo he intentado durante siete meses pero no he conseguido apoyo financiero’. Tenía solo dos meses para reunir 750.000 libras (835.000 euros). Conseguía un poco de aquí y de allí pero nadie creía en mi visión”.
“Un tipo me dijo: ‘Quizá no te patrocinan porque no eres blanco’. Aquello me dejó helado. La realidad es que en la vida hay problemas más importantes. Hipotequé la casa y conseguí 60.000 libras (67.000 euros), guardé 10.000 libras (11.140 euros) para que, pasase lo que pasase, pudiese seguir pagando la hipoteca”.
“Empecé la misión con el cinco por ciento de lo que necesitaba. Me acuerdo de llorar mientras conducía por la autopista. Yo nunca lloro pero no podía parar. Me preguntaba: ‘¿Por qué estoy haciendo este proyecto?’. En aquel momento deseaba ser sepultado por una avalancha. El proyecto no era por mí, sino por una causa mayor”.
Un selfie del montañero y soldado de las fuerzas especiales, Nirmal 'Nims' Purja, en la cima del Everest.
Nirmal Purja en la cima del Everest
“Si hubiese querido batir un récord podría haber dicho: ‘Lo haré en siete años’ pero no se trataba de ser mejor. Quería mostrar al mundo lo que era posible desde el punto de vista humano si echas el resto y pones tu mente, corazón y alma en ello. Quería rendir un homenaje a los escaladores nepalíes. Durante los últimos 100 años hemos estado en un segundo plano. Los ‘ochomiles’ son nuestro terreno. Sentía que tenía que hacer algo y eso es lo que me daba energía”.
“Cuando la gente escala, siempre quiere usar un sherpa porque son los que conocen la ruta. Mi equipo estaba formado por nepalíes y no eran guías o fijadores de cuerda, sino que todos éramos iguales. La gloria iba a ser igual para todos. Luego la próxima vez podrían cobrar el doble por su trabajo”.
Algunos de los miembros del equipo de Purja van camino de convertirse en estrellas como Mingma David Sherpa (31 años), el escalador más joven que ha coronado los 14 “ochomiles”.
“Es mi mano derecha, uno de los sherpas más fuertes que he visto nunca”, dice Purja. A Nirmal Purja su equipo lo llama ‘Nimsdai’. Dai significa ‘hermano mayor’ en nepalí. Con este nombre presentó su libro: One Soldier, Fourteen Peaks – Life In The Death Zone. (Un soldado, catorce picos – Vida en la Zona de la Muerte).
El montañero Nims Purja en la cumbre del Gasherbrum II, el 18 de julio de 2019.
Purja en la cumbre del Gasherbrum II

“Amo lo que hago, me divierto tanto que no me canso. A 8.000 metros de altura me siento vivo”.

Nims Purja

Éxito

El 23 de abril de 2019, el Bremont Project Possible coronó su primer “ochomil”, el Annapurna en Nepal.
En el descenso Purja se enteró que el doctor malasio Chin Wui Kin se había separado de su grupo a los 7.500 metros. Purja y otros miembros de su equipo lo rescataron, aunque por desgracia Chin murió en el hospital. Tres días más tarde en el Kanchenjunga (la tercera montaña más alta del mundo) rescataron a otros tres escaladores. A partir de entonces empezaron a llegar las donaciones a su cuenta de GoFundMe.
El 24 de julio de 2019 el equipo de Purja coronó el K2, una montaña que todavía no se ha conquistado nunca en invierno.
“Para esto hay una ventana muy pequeña, por supuesto es posible hacerlo en invierno. Lo que necesitas es velocidad”, explica Purja.
El montañero Nirmal 'Nims' Purja tiene tatuados en su espalda los 14 “ochomiles”.
Purja tiene tatuados los 14 “ochomiles”
Para Purja la diversión significa movimiento. En el Mont Blanc ha estado practicando el speed fly. Además de escuchando hard rock, en especial AD/DC. “Siempre oía Thunderstruck cuando iba en el helicóptero de las fuerzas especiales”, confiesa. “No puedes parar, tienes que continuar con energía. Es como si quisieses saltar de un tren en marcha, si no sigues corriendo te vas a caer”.
Su siguiente objetivo es denunciar los problemas derivados del cambio climático: “No creía en él pero subí el Ama Dablam en 2014 y había nieve en el Campo Uno para derretirla y cocinar. Volví en 2018 y ya no había nada. Pensé: ‘Oh, Dios mío, esta mierda es cierta’. Todos formamos parte de esto. Espero poder influir en la gente. Creo que tenemos las dos próximas décadas para poder parar el problema”, concluye.
“Hay una solución para cada problema”.

Autor: Tom Guise y Matt Ray (THE RED BULLETIN)


Scroll to top